El hombre del saco, el ratoncito Pérez, papá Noel, los Reyes magos, todos ellos son figuras mágicas con las que hemos pasado todos en nuestra niñez en algún momento. Sin embargo, quizás por el desarrollo o quizás como una medida de dejar la infancia un lado y hacerse mayor, todos dejamos de creer en esas figuras o descubrimos la verdad sobre ellas.
Cuando se es padre o madre y te enfrentas a tu hijo y al hecho de que crea o no crea en esas fantasías puedes tener la duda o poner en un papel los beneficios y desventajas que existen para que tu hijo crea o no en esos personajes.
No podemos decirte si es bueno o malo ya que por un lado es innegable la ilusión y la alegría que entraña el poder creer en algo y ser recompensados por ese algo que, aunque no ven, saben que creyendo en él pueden recibir un regalo de él mismo. Pero también es malo porque creen en algo que en realidad no puede existir y cuando esa creencia se vuelve demasiado puede ser perjudicial para su desarrollo.
Hay familias que tienen a sus hijos sin tener en cuenta estas fantasías mientras que otros crían a los suyos creyendo las fantasías. A la larga no tenemos que diferenciar entre uno y otro porque en realidad van a ser iguales pero es posible que su carácter y personalidad sean diferentes, uno porque ha tenido la ilusión y la magia de creer en un personaje fantástico y ha fantaseado con conocerlo o con estar a su lado mientras que el otro ha tenido la infancia normal sin superhéroes ni personajes que puedan hacerle pensar en algo mágico en algo anormal dentro de lo que es el mundo.
¿Qué opinión te parece a ti sobre la creencia o no de creer en fantasías?