Cuando los niños son pequeños, uno de los juegos que nos gusta hacer con ellos es el de hacerle cosquillas. Eso sí, muchas veces esas cosquillas son demasiado y puedes hacer que empiecen a toser porque no logran equilibrar el respirar con el reírse. De hecho, debido a esto muchos creen que no es algo bueno el hacerle cosquillas pero lo cierto es que sí, tienen muchos beneficios.
Uno de ellos está en el hecho de que se estimulan los sentidos del bebé, sobre todo el tacto, pero también otros más. Además, va a favorecer el desarrollo cognitivo de su cuerpo y mente y tonificará los músculos al mismo tiempo que ensancharán los pulmones (algo importante en su desarrollo).
Pero ahí no queda la cosa. El sistema inmunológico se refuerza con las cosquillas y las terminaciones nerviosas se estimulan para que sienta en todos los puntos de su cuerpo (de ahí que, cuando ya le hemos hecho cosquillas, con solo hacer el amago de ir a hacerle más cosquillas, el niño se ríe).
La alegría y el buen humor que le dejan al niño fomenta que sea un niño más feliz, activo y juguetón mejorando así su capacidad para socializar con otras personas.
Así que ya sabes, si quieres que tu hijo tenga todos estos beneficios lo único que tienes que hacer es ponerte manos a la obra para conseguirlo. Seguro que así disfrutar mucho más de él o ella.