Que a los niños les gusta comer muchas cosas que no deberían, es cierto, pero les pasa como a los adultos solo que, en ese caso, sabemos controlarnos un poco más y darnos cuenta de que, comiendo solo lo que se quiere, no se llega a viejo, ni a tener una vida adecuada.
Pero en el caso de los niños, los alimentos que tienen demasiados azúcares, potenciadores de sabor, conservantes y colorantes, calorías, etc. no es lo más recomendable sino que su alimentación debe estar equilibrada, comiendo de todo (y con algún capricho solo de vez en cuando).
También debes tener en cuenta que los niños son como calcos tuyos. Lo que tú hagas, harán ellos, así que si cuidas tu alimentación, también ellos lo harán. Por eso, te damos estos consejos:
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Desayuna todos los días. Si te ven desayunar, que te tomas el tiempo para hacerlo y no te lo saltas, ellos tampoco querrán hacerlo, es más, querrán desayunar contigo.
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Consume frutas y verduras. A los niños a lo mejor no les gusta pero si te ven comerlas y disfrutar de ellas, a la larga picarán, aunque sea solo por curiosidad.
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Aumenta el consumo de cereales integrales, pescado azul y blanco, leche, queso, yogur, etc. Las legumbres tampoco están mal.
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No comas demasiados azúcares, grasas o alimentos precocinados. Pásate a la comida casera que es más sana y está más rica (sin tantos elementos que le ponen a la comida para que se mantenga más tiempo).
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Haz ejercicio todos los días.
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Demuestra a tu hijo que eres capaz de no comer aquello que te apetece. Por ejemplo, en la mesa, cuando se sirva el helado, recházalo. Es posible que, si lo haces, llegue un momento en que también lo haga.