Son muchos los niños que pasan por un periodo de transición de la cuna a la cama, de una habitación a otra quizás, y pueden llegar a pasarlo muy mal. Por eso es que hoy te queremos dejar algunos consejos con los que puedas hacer el paso mucho más tranquilo.
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Trata de poner la cama en el mismo sitio donde estaba la cuna. Si no puedes, lo que tendrás que haces es primero el cambio de habitación (de la habitación de los padres a la suya) y, cuando se acostumbre, entonces pasarlo a la cama.
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Coloca en la cama todo lo que es especial para él o ella de la cuna: su manta, sus juguetes preferidos, todo lo que tenga que ver con el sueño para que vea que, su nueva cama, es esa, y que la cuna ya ha de pasar a otro o ha de irse porque se ha quedado pequeña.
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Mantén siempre las rutinas de sueño. Llévalo a acostar a la misma hora y haz lo mismo que hacías cuando lo ponías en su cuna. Si no lo has hecho antes, es hora de empezar a contarle algún cuento para que se duerma (y así fomentar sus ganas por la lectura).
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Coloca una barrera en la cama. No es solo para que no se caiga sino porque se sentirá como en la cuna (una cuna grande) y podrá conciliar mejor el sueño. Cuando ya se acostumbre podrás ir quitando la barrera.
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Puedes darle una fiesta especial por el cambio, como si fuera que, con pasar a una cama grande, el niño ya se ha hecho mayor.