La celebración de una boda tiene que ser un acontecimiento único y hermoso, algo que te haga sentirte la mujer más maravillosa y, sobre todo, que ese día sea mágico. Por eso, ¿qué tal si te damos algunos consejos para que no te agobies demasiado en los preparativos?
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Escoge una fecha que vaya a venirte bien. Trata de pensar en que no puedes casarte demasiado pronto si no tienes nada preparado y tampoco deberías alargar mucho la boda. Por ejemplo, hay algunas veces en las que las iglesias tienen mucha lista pero alguna boda se cae y ofrecen ese día: sé realista sobre si puedes prepararlo todo para esa fecha o no porque los nervios, prisas y demás no es lo más adecuado.
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Presupuesta el evento siempre al alza. Una boda, dependiendo de lo que quieras, es cara, así que has de tener el presupuesto controlado para que no se te dispare.
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Haz una lista de invitados con tiempo para que no se te olvide nadie de los que quieras invitar.
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Reuniones pre-matrimoniales. Sí, existen, y algunas veces el cura que os casa las pone como obligatorias así que tendrás que informarte sobre ellas para saber si hay que seguir algún cursillo o no es necesario. Obviamente, si es una boda civil, no se requieren pero sí necesitarás preguntar cuál es la documentación que se necesita para poder casarte allí.
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El tema del vestido es algo que importa, y mucho, así que la elección hay que tomarla con tiempo y sobre todo verificar que te está bien en todo momento (que algunas novias y novios, o adelgazan, o engordan en los preparativos, con lo que el traje puede quedarles bien o no).
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Busca un lugar donde hacer convites, si es que vas a ofrecerlo en tu boda. Es bueno que lo revises bien y hables con cada restaurante para que te ofrezcan un buen precio, menú, etc. No te vayas sólo a lo más barato, busca una buena relación calidad-precio.