Las rebajas han llegado. Es habitual pasear por las calles y ver que hay carteles de rebajas de varios tantos por ciento. O estar sentada en el sofá y que te bombardeen los anuncios con montones de empresas que están de rebajas. Incluso por internet pasa esto.
Y es normal picar y comprar algo en rebajas. El problema está en: ¿compras algo que necesitas o es algo que compras por hacerlo? A la hora de afrontar las rebajas, hay que tener en cuenta varios consejos que te ayudarán a no hacer compras compulsivas (ni a convertirte en una persona que no pueda parar de adquirir productos). Toma nota.
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Antes de ir de rebajas, revisa tu armario. Si quieres comprar ropa, primero tendrás que ver lo que necesitas y lo que no. Y no vale que digas que no tienes una camiseta rosa cuando tienes iguales en otros colores. Sé sensata y piensa que no vas a poder guardarlo todo en tu casa a no ser que te acabes saliendo.
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A la hora de revisar tu armario habrá prendas que puedan estar más estropeadas, o rotas. Esas fuera. Están ocupando espacio y no tienes que pensar en dejarla “por si acaso”.
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Haz una lista de lo que te hace falta comprar y procura no salirte de ella. Salvo que sea una ganga, y hoy día no es tan fácil encontrarlas, cíñete a esa lista.
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E igual que la lista, el presupuesto. No puedes pensar en gastarte todo el sueldo en las rebajas. Destina una cierta cantidad de dinero a las rebajas y, cuando se acabe, se ha acabado todo.
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Piensa bien, ¿de verdad lo necesitas? Muchas de las compras que se hacen en rebajas son compras compulsivas porque ves el precio barato y tu mente te dice que lo compres. Pero, al cabo de un tiempo, te arrepientes. Así que, para evitar que no puedas después devolver el producto, pregúntate antes si lo necesitas de verdad, si es algo que quieras o que te haga falta porque, de lo contrario, estarás comprando por comprar.
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No vayas a comprar enfadada o deprimida. El motivo es sencillo, las compras se convierten en una forma de alegrarte pero, cuando llegues a casa y veas el dineral que te has gastado, te sentirás peor.
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Si no puedes resistirte a las rebajas, lo sentimos, pero lo mejor es que las evites en la medida de lo posible. Ve con calma, puedes ir a mirar pero sin comprar (por ejemplo, ve sin dinero ni tarjetas). Mirar no cuesta pero si ya el presupuesto lo has gastado, entonces lo mejor es que lo dejes estar. Habrá más oportunidades y ten en cuenta que muchas personas al final no usan toda la ropa que tienen en su armario.
Sabiendo esto, las rebajas no van a ser algo que pueda contigo sino al contrario, será un momento que puede ser divertido porque tendrás que encontrar los tesoros que haya ocultos y que son los que tú querrías llevar. ¿Te animas a ir de rebajas?