Las cómodas son las piezas estrellas en un dormitorio, pero aún más fundamentales en un dormitorio infantil.
Por su capacidad de almacenamiento y algunas por su original diseño, querrás tener siempre alguna en el dormitorio de los peques. La mayoría se puedes utilizar como cambiador acoplándoles un colchoncito arriba para hacerlas más confortables.
Una vez pasada la etapa de los pañales, se queda en la habitación como cómoda tradicional para dar apoyo a todos los trastos que generan los niños: juguetes, ropa, libros, cambio de ropa de cama.
Existen de muchos tipos y de todos los precios. Mas clásicas o con líneas más infantiles, pero la clave está en que el mueble sea atemporal, es decir ni demasiado marcada infantil ni con excesivo color que haga que nos cansemos de ella o no nos pegue cuando queramos cambiar la decoración del niño.
Al decorar la habitación del bebé tenemos que pensar que no lo será toda la vida. Lo que decoramos con mucha ilusión a su llegada, al pasar los años lo podemos ver excesivamente infantil para un niño que ya juega con monstruos y hace carreras con coches. Si compramos muebles excesivamente infantiles es algo que puede pasar.
Siempre se recomienda mejor buscar líneas rectas o colores lisos evitando dibujos muy marcados de una etapa del niño. Eso lo podemos conseguir pegándole stickers infantiles sobre el mueble. Esto hará que el mueble coja distintas formas y etapas del niño evitando tener que cambiar el mobiliario cada poco tiempo.
Decorando con vinilos podemos personalizar cada cajón, decorar el cuarto y alegrar la estancia del niño con dibujos que a ellos le divierten. Incluso ponerle en nombre a las cosas, números o lo que se os ocurra.
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