El verano, los excesos, el hecho de comer mucho porque se está con amigos y no se controla la línea demasiado hace que, al final del mismo, nos encontremos con varios kilos de más que, se supone, no le hacen nada bien a nuestro cuerpo. Por eso es que hay que controlarse pero sí, es difícil, y mucho, hacerlo cuando se trata de comer cosas que están muy ricas, ¿verdad que sí?
Hoy en día la obesidad es uno de los mayores problemas de salud a los que se enfrenta el mundo entero. Y sin embargo las personas siguen siendo frívolas por no tener en cuenta que, su pareja, puede tener obesidad o estar gordita. Pero, si te gusta cuidar la línea, nosotros te damos algunos consejos para no engordar en verano.
No engordes en verano
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No te saltes la comida. Aunque pienses que eso no es malo, en realidad es malísimo. Tienes que hacer un buen desayuno, compuesto de cereales, lácteos y frutas, y después cuatro comidas restantes. Eso sí, poca cantidad en cada uno de ellos.
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Apuesta por tapas saludables. Por ejemplo, un poco de jamón, brochetas de fruta, encurtidos, gazpacho… Todo eso es lo que te puede ayudar a quitarte el hambre y, al mismo tiempo, a no engordar demasiado.
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Prepara tu comida. Si te vas a la playa, no esperes comer allí, lo mejor que puedes hacer es prepararte tu comida y conseguir así tener un máximo control en lo que ingieres. Esto no quiere decir que no puedas comer con tus amigos, pero no lo conviertas en algo habitual.
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Cuidado con el buffet. Hay ocasiones en que puedes ir a sitios donde te pongan toda la comida que quieras. Cuidado con ellos porque, si bien no hay quejas en la comida, sí en la cantidad porque te puedes “llenar” demasiado y eso, a la larga, será engordar.
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Evita comer a deshoras. Si tienes un horario para comer, trata de seguirlo porque si el cuerpo no sabe cuándo le vas a dar de comer, tenderá a ralentizar el metabolismo al máximo.
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Agua. El agua es importante, más aún en verano. Lo que necesitas es hidratarte durante todo el día. También puedes tomar zumos, cervezas, refrescos light, etc. pero con moderación. No consumas demasiados.
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Toma helados que sean caseros. Tendrán menos calorías y azúcar que los que puedas comprar y sí, no están tan buenos porque no llevan colorantes ni conservantes que son lo que les hacen adictivos.
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Algo de ejercicio. Imprescindible. No podemos ser sedentarios. Eso sí, aprovecha las horas en que haga menos calor.
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Tener a alguien. A veces, ponerse “a dieta” o simplemente no querer pasarse es duro, más si eres la única que lo hace y ves cómo todos los demás se ponen a comer sin preocuparse por nada. Pero si hay alguien a tu lado que hace lo mismo las ganas de dejarlo se pasan, porque tienes un apoyo.
¿Te animas a no ganar mucho peso este verano?