La estación de otoño es una de las peores para coger enfermedades porque, debido a los cambios bruscos de temperatura, a tener que abrigarte y quitarte ropa casi a diario, hace que tu cuerpo se resienta y que, al final, acabes con un resfriado o con una gripe.
Si no quieres que te pase esto entonces ten en cuenta lo siguiente:
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Mantén una buena higiene. Dúchate a diario, a poder ser a horas donde no vayas a tener frío. Un truco es caldear un poco el ambiente para que, al desnudarte, no te dé frío ni sientas esa sensación y así sea constante la temperatura. También las manos han de estar limpias porque, a lo largo del día, tocan muchas cosas y son una fuente de bacterias y virus que, si no los eliminas, acabarás pasándolos a otros objetos y partes de tu cuerpo.
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Consume vitaminas. Sobre todo la vitamina A, C y E. Son vitaminas muy importantes para el sistema inmunológico y puedes encontrarlas en la farmacia pero también en frutos secos, mandarinas, naranjas, limones o calabazas.
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Duerme bien. El descanso, de al menos siete horas, es imprescindible, sin desvelos, de golpe. Te ayudará a que descanses mejor y a aliviar el estrés.
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Bebe líquidos. Beber agua está bien, pero a menudo no nos damos cuenta que lo hacemos mal, bien porque lo ponemos muy frío o muy caliente. Si bebes agua (u otro líquido) a temperatura ambiente conseguirás que el flujo sanguíneo se incremente y que resulte más complicado coger una gripe.
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No fumes. Es importante esto porque, al fumar, tus defensas van a descender y no solo eso, también tendrás problemas en los bronquios haciendo que puedan surgir enfermedades como la gripe pero también algo peor, bronquitis.