Lo sabemos, madrugar es lo peor que hay. Ya sea lunes, martes, miércoles, jueves, viernes o fin de semana, el hecho de madrugar puede hacer que te levantes con un humor de perros y que no se te pueda decir nada hasta que no te tomas un café. Entonces, ¿qué podemos hacer para que esa acción no nos convierta en gruñonas por la mañana?
Pues hay varios trucos, toma nota de ellos:
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Ni se te ocurra posponer la alarma. Sí, es tentador y dan ganas de darle para dormir 10 minutos. Pero imagina esos 10 minutos una y otra vez. Al final vas tarde y encima cabreado por haberte dormido. Y no sólo eso, es que encima todo el trabajo se te ralentiza. Por eso es mejor levantarse con la primera alarma, te guste o no.
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Persiana abierta. Deja que la luz natural ilumine tu habitación. Eso ayudará a que te levantes. Por supuesto, no siempre pasa porque si te tienes que levantar muy temprano no habrá manera.
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Cuidado los fines de semana. Intenta dormir sólo una hora más con respecto a los días de semana. ¿Por qué? Pues porque si no lo haces te costará más pasar la semana porque sabes que es cuando no puedes dormir (y encima vas a hacer que odies la semana).
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Bebe agua antes de ir a la cama. No es lo más recomendable, porque eso puede hacer que tengas que ir al baño a medianoche y los médicos no son partidarios (porque se rompe el sueño) pero si bebes puedes estar más hidratada y despertar mejor.