Muchas veces, cuando tienes un hijo, por el hecho de que estés pendiente en todo momento de él o ella, hace que se vuelva dependiente y le cueste mucho más aprender las cosas. En realidad, no es que le cueste pero le parece más cómodo esperar a que seas tú quien haga las cosas que hacerlo uno.
Pero eso no puede ser, los niños tienen que ser autónomos y hay que enseñarles desde pequeños pues no vas a estar a su lado toda la vida (cosa que para algunos sería un sueño). Ahora bien, ¿cómo lograr esa autonomía? Te damos algunos consejos:
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Trata de ir enseñándole poco a poco cosas que pueda hacer. Por ejemplo, puede ayudarte a quitarse la ropa para meterse en el baño, o después colocársela. No hay que tener poca paciencia, al principio los niños lo tomarán como un juego y querrán hacerlo pero después pensarán que es aburrido y no lo harán con lo que la paciencia es nuestra arma. ¿Qué hacer? Dejarle, tarde o temprano se pondrá la ropa porque sabe que, si no lo hace, no podrá hacer otras cosas. Eso sí, procura mantener la casa calentita para que no se resfríe y si ves que pasa mucho tiempo y no lo ha hecho, hazlo tú pero sin enfados ni gritos, solo diciéndole que no estás contenta porque no lo ha hecho bien.
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Cada vez que haga algo de forma autónoma e independiente, da igual que se equivoque o que lo haga bien, felicítalo porque así le darás pie a que intente hacer más cosas por sí mismo/a y pueda ir tomando libertad para hacerlo.
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Procura enseñarle con calma. Los niños no nacen sabiendo, tienen que aprender y perder el control es lo peor que puedes hacer pues después no querrá volver a intentarlo.
Seguro que con estos consejos te va bien.