Dentro de poco habrá que empezar a cambiar la ropa de verano por una de manga larga, primero fina, y luego algo más gruesa, dependiendo de donde se viva. Esto, que puede parecer fácil, en realidad no lo es tanto y, en el caso de las mujeres, puede significar usar un día entero, a veces dos, para ordenarlo todo. Si además tienes hijos se convierte en una tarea que tratas de evitar por todos los medios.
Por eso, vamos a darte algunos consejos para que te pongas con ello y lo hagas rápido. ¿Preparada?
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Procura hacer el cambio de estación en la ropa cuando tengas más tiempo libre. Usa un fin de semana o incluso algún puente para hacerlo.
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Saca toda la ropa del armario que vayas a cambiar. Lo más seguro es que te va a llevar tiempo pero conviene que limpies bien el armario y los cajones para que la ropa se mantenga limpia una vez puesta.
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Ahora divide la ropa entre invierno y verano (u otoño-invierno y primavera-verano). Esto puede ser más fácil si ya lo tenías dividido pero, si has comprado nueva ropa, seguro que esa no está aún ordenada.
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Es hora de guardarla y lo mejor es empezar por la ropa que te vas a poner: otoño-invierno. A partir de ahí ve metiendo la que ya no vas a usar en el armario pero que no esté tan a mano. Ten en cuenta que si hay ropa que no te vas a poner o que ya está muy gastada, esa no debe ir en el armario. Puedes regalarla, donarla o bien reciclarla para otras cosas.