Tradicionalmente la forma de desinfectar las heridas era con alcohol o con agua oxigenada, de lo que casi siempre huíamos porque ¡¡caramba como escuece¡¡¡ a lo que solían respondernos con la frase «si escuece, es que cura», seguro que lo habéis oído en muchas ocasiones.
Hoy en dia ya no se recomienda desinfectar las heridas así, lo mas recomendable es hacerlo con agua y jabón o usar otros productos menos agresivos como el Betadine, sobre todo en heridas abiertas con sangrado.
El alcohol y el agua oxigenada usado precisamente en heridas abiertas retrasa su cicatrización y además irrita los tejidos, produciendo encima dolor.
Cuando te hagas un corte, lo primero es lavarte las manos y después proceder con la herida lavandola con abundante agua desde el centro hacia los bordes para eliminar cualquier partícula de suciedad y si dispones de betadine, usarlo también y presionar la herida para cortar el sangrado