Hay niños que se toman fácilmente las medicinas cuando están mal pero hay otros niños que tienen ciertas dificultades. Son a esos niños a los que nos queremos dedicarnos y darte algunos consejos para que se tomen las medicinas sin que se forme una auténtica batalla.
Lo primero que tienes que hacer es mirar si tiene fiebre. Necesitas un termómetro para conocerlo y, para ello, intenta distraerlo a fin de que no tengas problema para controlar la temperatura.
La causa más común de malestar en los niños suelen ser los catarros y resfriados que les hace difícil comer, sobre todo cuando tienen congestión nasal. Si eso ocurre tendrás que lavarle la nariz a tu hijo o hija con suero fisiológico o un aparatito de agua marina aspirando los mocos con una pera extractora. No todos los niños aceptan la pera extractora ni tampoco el suero por la nariz ya que les ponen mucho más nerviosos en esos casos.
Si tienen enrojecimiento, lagrimeo y legañas en los ojos tendrás también que lavarlos con suero fisiológico quitándole las legañas con una gasa esterilizada de arriba abajo y lo mismo sucederá en el caso de que tenga otitis.
Cuando tienen que tomarse medicinas puedes ayudarle al pequeño añadiendo un poco de líquido y la medicina mezclada. Asegúrate de echar poca cantidad de líquido para que se lo tome entero y después si quiere puede repetir.