Hoy día el ajetreo que llevamos en el día a día hace que nuestra salud, aunque no lo creas, se resienta. ¿Alguna vez te has parado en el parque, te has sentado y has dejado pasar los minutos sin sufrir ansiedad por estar perdiendo el tiempo? ¿Te has dado cuenta de que antes se vivía mucho más tranquilo?
El estrés de todos los días se puede acumular en el cuerpo y jugarte muy malas pasadas, por eso es bueno que se tomen descansos y, sobre todo, que se instauren hábitos que te ayuden a conseguir reducir el estrés y vivir mejor. Entre ellos:
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Dedicarte tiempo. Sí, todos tenemos un montón de cosas que hacer pero también tienes derecho a disfrutar de tus cosas. Dedícate al día al menos 30 minutos para ti: lee, escucha música, pasea, date un baño, haz lo que más te guste, sola o en compañía. Sé consciente que, si te dedicas sólo a tus responsabilidades, acabarás quemada y sin ganas de seguir en la vida porque ves que sólo son cosas que hacer, que nunca hay tiempo para ti.
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Desconecta incluso en la oficina. A ser posible, dedica unos 5 minutos 2-3 veces al día, para tomarte un respiro. Se puede hacer, no cuando haya mucha gente, pero sí como una forma de dar una pausa a tu cuerpo y mente.
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Haz algo de ejercicio. El que sea. El caso es moverse. Eso sí, olvídate de hacer otras cosas mientras estás ahí, por ejemplo mirar el teléfono, hablar por él o revisa el correo. Ahí sólo existe el ejercicio y hará que te sientas mejor. Al menos hazlo tres veces a la semana y, al tiempo que mejoras tu estrés, también lo hará tu cuerpo.
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Mantén el orden. Eso hará que puedas tener tu vida bajo control de una forma mucho más adecuada. Además te hará sentir que lo llevas todo bien.
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No te quedes sin dormir. Las personas que tienen mucho estrés a menudo pueden tener problemas pero, ¿y si utilizas infusiones para relajarte? Manzanilla, tila, melissa, valeriana, o un combo de todas ellas te puede ayudar a conciliar el sueño y dormir mejor. Y recuerda, has de dormir al menos 6-7 horas.
Y sí, sabemos que ahora mismo dirás que llevar eso con todo lo que tienes que hacer es imposible pero, ¿realmente lo es? ¿Por qué no te preguntas para qué se vive? Seguramente porque la respuesta que des sea: para trabajar. Pero, ¿hay que estar siempre trabajando. De adultos queremos ser niños para hacer lo que queramos y ahí es donde tenemos el problema. Que no vivimos al ser adultos.
Por eso, ¿no crees que merece la pena cambiar el chip y empezar a pensar que no todo es trabajo y dinero? Entendemos bien que hoy día el dinero es lo que rige todo, y que las cosas no están para perderse oportunidades pero, ¿qué tal en el fin de semana? Siempre se puede tener un momento de disfrute en el que pienses sólo en ti. ¿Por qué no lo intentas? A lo mejor descubres que así estás mucho mejor.