Todos los días comemos. Hay quien hace cinco comidas al día, quien hace solo tres, y quien hace hasta seis o siete comidas diarias. Sin embargo, ¿te ha ocurrido alguna vez que has comido algo y, de repente, te ha dado más hambre o incluso ansiedad y has acabado mal, con más peso o con depresión? ¿Y si es lo que comes lo que hace que te sientas así?
De hecho, hoy podemos hablarte de que hay alimentos que, en lugar de saciar, lo que hacen es darnos más hambre y, no solo eso, sino que también provocan ansiedad, de tal modo que harán que comas más, o que te sientas más triste, e intentes eliminar ese estado con la comida. ¿El resultado? !Que subes de peso.
Entre esos alimentos están:
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El azúcar: Chucherías, dulces, zumos con azúcar, bebidas de azúcar, caramelos con azúcar… Todo lo que tenga azúcar es malo porque, aunque parezca que te quita el hambre, es mentira, te dará más porque tu cerebro da la orden de que, por muy grande que sea la porción que te tomes, siempre querrá más y no te sentirás saciada salvo que tomes una gran cantidad (y eso es un aumento significativo de peso).
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El pan blanco: El pan blanco no tiene fibra por lo que la grasa se absorbe mucho más rápido que otras. Es por eso que siempre se recomienda el pan integral frente al blanco para que ayude a regular el organismo y, al mismo tiempo, hará que te sacies mucho antes.
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El arroz rojo: ¿Has probado alguna vez el arroz rojo? Es un tipo de arroz que, aunque pienses que como es poco no pasa nada, es de los que al cabo de los 20 minutos te sientes con mucha hambre porque no sacia, es un arroz que engaña mucho y antes que ese deberías optar por el arroz blanco.
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El chicle: Los chicles siempre se usan para ayudar a que no comas. Es habitual que las personas que están a dieta tengan chicles a menudo para conseguir aliviar la ansiedad de no poder comer todo lo que quieren. Pero, ¿realmente es bueno? Pues lo cierto es que no. Y el motivo es muy razonable, además de que, con ello, puedes estar provocándote un problema serio. Y es que cuando estás masticando el chicle, tu cuerpo piensa que estás comiendo y se generan jugos gástricos que son los que ayudan a desintegrar los alimentos. Pero cuando éstos no llegan lo que ocurre es que esos jugos atacan a la pared del estómago haciendo que te duela con el tiempo. De ahí que no sea nada recomendable para tu salud. Uno de vez en cuando no pasa nada, pero no deberías usarlo a menudo.
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El alcohol: Cuando tienes una dieta, lo habitual es que el alcohol te lo prohíban por el alto nivel calórico que tienen. Y los líquidos no suelen calmar el hambre, al contrario, te pueden dar mucho más. Es por eso que deberías tenerlo en cuenta a la hora de consumir alguna bebida con alcohol. Hasta la cerveza, que puedes pensar que tiene poco, es en realidad la que más tiene.