A la mayoría de los niños les gusta dibujar, algo que puede resultar de gran ayuda a sus padres a la hora de conocerles un poco mejor. Dejar a los más pequeños que se expresen libremente a través del dibujo es una herramienta muy útil para comprender cuáles son sus motivaciones, miedos, sentimientos o forma de ver el mundo.
Desde lo que dibujan hasta el modo en que lo hacen, todo es revelador en el mundo del dibujo infantil. A continuación os mostramos una guía con algunos rasgos psicológicos de los pequeños y su traducción a través de sus dibujos:
Egocentrismo: muy revelador sobre todo en los dibujos de familia. El niño tiende a dibujarse primero, con una gran cabeza y de tamaño notablemente mayor al del resto de miembros.
Inseguridad: brazos y manos de pequeño tamaño y pegadas al cuerpo. Suele realizar un trazado inestable y con frecuencia hace uso de la goma de borrar y los tachones.
Agresividad/desobediencia: al representar a las personas hace uso de unas extremidades muy largas, bastante asimétricas y terminadas en una mano cerrada. En estos niños son normales los dibujos de cadenas de objetos, números o letras en progresión ascendente.
Ansiedad/temor: el niño tiende a dibujarse en un espacio cerrado, por ejemplo dentro de una casa. Son frecuentes los dibujos de pequeño tamaño y a la hora de representar a las personas emplea rostros sin apenas rasgos o poca expresividad.
Nerviosismo/tensión: se puede observar en la manera en la que el niño maneja el lápiz. Si lo hace de manera suelta el niño se encontrará en una situación tranquila y rejalada. Por el contrario, si el niño aprieta con fuerza su lapicero quiere decir que se encuentra en un momento de tensión y nerviosismo.
Timidez/extrovertismo: si al ofrecerle la hoja de papel el niño utiliza todo el espacio quiere decir que se trata de un niño participativo, dinámico y extrovertido. Sin embargo, si el niño hace uso únicamente de una pequeña parte del papel querrá decir que es un niño más tímido y retraído.
