Uno de los ejercicios que suele realizarse desde la escuela infantil son los bits de inteligencia, unas cartas que se le muestran a los niños todos los días en clase diciendo en voz alta el nombre de cada objeto que aparece en la misma para que lo memoricen.
Estos objetos van desde lo más simple como una manzana, una casa, una silla, etc. hasta algo más difícil como podrían ser los países o los planetas del sistema solar.
Al principio los niños los ven como algo aburrido porque no entienden demasiado sobre ello pero la maestra ha de intentar buscar la diversión y para ello se pueden crear, por ejemplo, juegos como el adivinar qué nombre tiene el objeto de la tarjeta que sale (bien al azar o por el orden que se le muestran), dándole o no un regalo para ello.
En casa también se puede hacer esto mismo con bits de inteligencia que se creen en el hogar aunque han de estar relacionados para que pueda asimilarlos mucho mejor. Lo importante de estos bits es que ayudan a que los niños desarrollen mucho más su mente, sean más despiertos, memoricen mejor, y, en definitiva, que logren aprender las cosas más rápidamente que otros niños que no tengan esa estimulación.
No conviene estar continuamente con ellos, con que se muestren 1-2 veces y durante cinco minutos es más que suficiente para ello ya que, de lo contrario, lo único que hacen es aprendérselas de memoria. Lo que sí puedes hacer es tratar de cambiarlas cuando veas que ya se lo saben para que haya nuevas palabras e imágenes.