Los antojos están asociados con el embarazo, y todas las mujeres los sufren durante los últimos meses del embarazo, algunas les hacen caso y otras no, pero son un realidad asociada con el desarrollo del bebé. Según la creencia popular, no hacer caso a un antojo puede significar que el bebé nacerá con una fea marca con la forma de aquel antojo que la madre no satisfizo, sin embargo, muchos facultativos apuntan a que es mejor no hacer caso a estos apetitos que tienen que ver exclusivamente con un capricho.
Parece que, por fin, un estudio ha dado con la clave de por qué las mujeres embarazadas tienen caprichos, la explicación mucho más sencilla y lógica de lo que se podía pensar: todo está en las necesidades de vitaminas.
Efectivamente, según apuntan los resultados los antojos no son más que la forma en la que el cuerpo de la mujer embarazada solicita vitaminas o minerales que necesita para que el bebé se desarrolle bien: vitamina B, vitamina D o calcio están entre las habituales, precisamente por ello es común que las mujeres pidan ciertas frutas y lácteos. Sin embargo, también conviene recordar que las mujeres embarazadas tienen muchas más posibilidades de sufrir diabetes estacional, por lo tanto, cuando un antojo tiene una alta presencia de azúcares, es recomendable que se limite su consumo, o que se busquen alternativas más saludables.
Llevar una dieta variada en la que se vigile la ingesta de vitaminas, minerales, calcio, grasas y carbohidratos; beber dos litros de agua al día y hacer ejercicio leve de forma regular son la mejor forma de ayudar a la correcta formación del bebé y además, de evitar los antojos.
¿De qué tenías antojo durante el embarazo?