Uno de los análisis que puede preocupar mucho a la madre, porque en cierto momento se pone en peligro la vida del pequeño, o provocarle problemas, es la amniocentesis, un examen que, realizado por expertos, puede proporcionar una información muy valiosa sobre el estado de salud del bebé.
De hecho, la amniocentesis se prefiere frente a otros exámenes como es la biopsia de corio porque se hace mucho más tarde de la semana 14. También se prefiere frente a la extracción de sangre del cordón umbilical (funiculocentesis) porque también se hace más tarde y porque para las mujeres de 34 no tiene riesgo aunque si hay que hacerla con mucho cuidado.
Con esta prueba, que se realiza entre las semanas 20 y 24, se pueden conocer las malformaciones que pueda tener el bebé o bien algunas enfermedades importantes. Aparte, se suele recomendar en algunos casos:
– Que la madre sea mayor de 34 años.
– Que tenga otros hijos con anomalías.
– Que el examen de translucencia nucal sea positivo o haya indicios de malformaciones en la ecografía.
– Que hubiera un feto muerto en un embarazo anterior.
– Cuando los padres tienen alguna enfermedad portadora.
– Si se ha producido el embarazo con técnicas de reproducción asistida.
– Si hay un riesgo de aborto.
La decisión es importante y ha de tenerse muy en cuenta porque, aunque es algo habitual que se realiza a menudo, si no se realiza con habilidad, puede provocar problemas en el embarazo y al niño.
