Desde hace algunos años, las jarras filtrantes se han puesto de moda como alternativa a las aguas minerales. El sistema mucho más cómodo de transportar que las pesadas garrafas de 5 litros, el hecho de que las jarras tienen un impacto mucho menor sobre el Medio Ambiente, y sobre todo, su precio, que al mes supone un importante ahorro con respecto al agua mineral son algunos de los aspectos que han hecho que las jarras filtrantes se hayan hecho tan populares.
Pero, al estar en contacto directo con el agua, los filtros pueden ser una zona de proliferación de bacterias que después se consumen con el agua, ¿Cómo usar la jarra filtrante?
Algunos consejos para jarras filtrantes
El cambio periódico de filtros es la primera medida para evitar problemas de salud, de hecho, no se debe mantener el mismo filtro por un periodo superior a 3 meses.
Aunque en la publicidad y la información instan a cambiar el filtro de forma mensual, como dato indicativo, el filtro puede filtrar hasta 120 litros sin que sea necesario el cambio, por lo que su uso se puede adaptar a los distintos tipos de viviendas.
Si el filtro no se utiliza por largos periodos, es recomendable retirarlo de la jarra y dejarlo en un lugar seco, para que se elimine el exceso de agua, de esta forma, también se evitará la proliferación de bacterias.
El agua filtrada no es agua completamente destilada, aunque si es agua menos dura.
Tener una jarra filtrante no es garantía de tener agua destilada, aunque sí es cierto que es agua de mayor calidad, y que incluso se puede utilizar en la preparación de biberones infantiles.
