Vampiros emocionales, manipuladores, chantajistas… No, no nos estamos refiriendo a esas personas que pueden engañar a otras, al menos no en el sentido que ahora mismo puedes estar pensando, sino en esos que son capaces de quitarte la energía, de que te sientas culpable de hacer algo que tú querías y esa persona no, que siempre quieren lo que ellos quieren pero no lo que tú quieres. ¿Te has encontrado con ese tipo de personas? ¿Sí? Pues es hora de alejarte de ellos.
Los manipuladores emocionales son personas con las que no deberías relacionarte porque minan tu propia personalidad y hacen que te amoldes a sus deseos. Identificarlos es el primer paso, por eso, ¿te has encontrado alguna vez con una persona con estas características?
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Te conocen muy bien y lo utilizan en su beneficio. Por ejemplo, esas personas que te han observado mucho y saben cuáles son tus puntos débiles, dónde deben atacarte y reprocharte cualquier cosa que, para ellos, no hagas según sus deseos, haciendo que tú te sientas mal e incluso con miedo para hacer alguna otra cosa no sea que no le guste a esa persona.
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No tienen límites. Son intrusivos, les da igual que sea un tema personal, o algo que quieras mantener privado, ellos no entienden de eso y, en el caso de que lo hagan, no quieren que u tengas un resquicio de decisión para que pienses, ellos sólo quieren que tú te comportes como ellos quieran, nada más.
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Son muy inteligentes y con gran habilidad social. Ahora bien, eso es lo que ha hecho de ellos un manipulador; son buenos relacionándose con las personas porque, al ser observadores, saben dónde pueden atacar a esas personas para que hagan lo que ellos quieren.
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No les gusta perder. Y si pierden se pueden volver violentos porque ellos sólo quieren ganar y conseguir todo lo que quieran (recuerda que no tienen límites).
Encontrarte una persona así es algo poco alentador porque si no sabes identificarla y empiezas una relación sentimental puedes acabar siendo otra persona y perdiendo muchas amistades por “contentar” a la otra persona. Por eso, lo que puedes hacer, es lo siguiente:
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No cedas. Establece unos límites y un tiempo para ti misma. No permitas que sea la otra persona quien controle tu vida, tú tienes una y necesitas hacer lo que cada día. Después podrás estar con esa persona si tú quieres, no a beneficio de la otra. Esto hará que te reproche tu actitud, que incluso te ponga ultimatums. Mantente firme porque tú no haces nada malo. Que no se te olvide eso.
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No te dejes chantajear. Si dudas si estás haciendo lo que debes, pregunta a tus amigos más objetivos. Diles lo que pasa y lo que tú haces, además de los reproches. Una segunda opinión puede ayudarte a saber si no estás siendo demasiado dura.
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Aprende a decir “no”. Eso no significa que le hagas daño, aunque te lo haga ver. Es tu vida, tu cuerpo, tu personalidad. Si no quieres hacer algo, di “no”. Si no lo acepta y se aleja, créeme, no era para ti.
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No cambies de respuesta sólo por cómo actúe o hable contigo. Si has tomado una decisión, no la cambies según los gustos de ese manipulador emocional.