Es curioso hasta que punto puede influir el estado de animo en distintos aspectos de la vida. Hay quien lo llama karma, y hay quien prefiere referirse a ello como buena o mala suerte, pero ¿Alguna vez habéis pensado hasta qué punto el propio estado de ánimo puede ser influyente en distintos aspectos de la vida.
El ánimo y el trabajo
Puede que el aspecto en que el más influye el estado de ánimo es el trabajo, y en este caso, se puede llegar a producir una especie de retroalimentación. Cuando el negativismo se asienta como parte de la vida, sus efectos se notan de forma efectiva en el trabajo, se reduce el grado de atención en tareas importantes y se pierde el espíritu emprendedor.
Por supuesto, los supervisores lo notan, sobre todo, cuando la situación se prolonga en el tiempo y, el resultado acaba siendo una llamada de atención que repercute, de nuevo, de forma negativa, en el estado de ánimo.
El ánimo y la salud
Los doctores siempre animan a los enfermos a tener un estado de ánimo alto, pero es cierto que, aunque se goce de buena salud, la tristeza o el desánimo puede acabar repercutiendo en la salud, haciendo que aparezcan depresión, dolores de cabeza, de espalda o de pecho, que tienen un origen no físico, sino espiritual.
El ánimo y la familia
El mostrar una actitud siempre negativa con la familia repercute sobre el estado de ánimo de los demás, y hace mucho más difícil la convivencia.
Tener un estado de ánimo siempre positivo es complicado, es cierto, y no siempre es posible mantenerse al 100%, pero lo importante es mantener un justo equilibrio, siempre realista, pero con una actitud positiva.