Cada fase del parto tiene unos distintos tipos de respiración que facilitan y hacen más efectivas las contracciones del útero. Conocerlas es uno de los aspectos más importantes dentro de las clases prenatales o en las clases de preparación al parto para ayudarte a facilitar el proceso del parto, a aprovechar al máximo tus energías, a sentir menos dolor, a focalizar todos tus pensamientos en aquello que pueda ayudar a tu hijo en esos momentos que, como tú, también está sufriendo, y a oxigenar mejor tanto el bebé como al útero de tal manera que genera es una mejor respuesta y te permite actuar mejor.
Entre las técnicas que puedes aplicar de respiración existen tres tipos básicos: La respiración lenta es para la dilatación; la respiración soplante es para empujar y la respiración de expulsión es para que salga el bebé. Existe también una respiración completa que es la que debes hacer cuando se inicia y al final de cada contracción.
Respiración Completa
Esta consiste en tomar aire llenando al máximo los pulmones y el vientre para ir echándolo poco a poco notando cómo va saliendo de tu cuerpo.
Respiración lenta
Esta consiste en tomar muy poco aire por la nariz y soltarlo por la boca en períodos sucesivos de entre 10 y15 respiraciones por minuto tardando más en soltarlo que en cogerlo. Esta respiración es la que usas para la primera fase del parto.
Respiración soplante rápida
Como su nombre indica consiste en tomar aire y expulsarlo rápidamente por la boca y se utiliza cuando hay contracciones, también cuando no se debe empujar.
Respiración de expulsión
Has de coger aire por la nariz llenando al máximo tus pulmones para retenerlo y empujando con fuerza hacia abajo. Esta respiración se utiliza para ayudar al niño a salir.