La Navidad y Año Nuevo ya están cada vez más cerca y son muchos los que se preparan para esas grandes comidas y cenas en compañía de familiares y amigos. Por eso, hoy queremos darte una receta fácil de hacer pero que va a quedar genial y estamos seguros que muchos se chuparán los dedos. ¿Cuál es? Cabrito al horno.
Ingredientes: cabrito (dependerá de cuántos seáis), limón, cebolla, ajo, vino blanco, agua, sal, mantequilla, aceite.
Preparación. Lo primero es tener el cabrito partido. No hace falta que sean trozos pequeños, con grandes es suficiente. Pero que puedas manejarlos. Coloca todo en la bandeja del horno (que debe tener un poco de aceite) mientras éste lo precalientas.
A continuación pon los dientes de ajo enteros (limpios, eso sí) en la bandeja. Ahora coloca la cebolla partida en 4 trozos. Si hay mucho cabrito en lugar de una cebolla necesitarás dos. Normalmente la medida es una cebolla grande por medio cabrito.
Finalmente toca ponerle el limón, también partido en 4 y en la misma proporción que la cebolla. Un pequeño truco es colocarlo debajo de los trozos de carne (igual la cebolla) para que no se queme demasiado.
Ahora solo falta echarle un poco de mantequilla, sal y un cartón pequeño de vino blanco (dos si es grande el cabrito). Si mientras se hace en el horno ves que se queda seco (no tiene caldo) puedes añadir un poco más de vino blanco y agua.
Mételo en el horno a 250 grados durante una hora y, transcurrida, sácalo, dale la vuelta a todas las piezas del cabrito y vuelve a introducirlo, solo que esta vez será una hora a 200 grados. Has de vigilar que no se te vaya a quemar.
Y listo, tendrás una cena o comida exquisita. Más si la acompañas con una ensalada de escarola aunque también la puedes presentar con otro tipo de verdura. Si preparas una ensalada de escarola, ten en cuenta lo siguiente:
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Debes pelarla bien, siempre dejando los brotes pero los tallos son más amargos y duros por lo que es mejor quitarlos.
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Antes de echarla sobre la fuente, un pequeño truco para que no esté muy amarga es pasar un diente de ajo por toda la fuente. Has de frotar con él para que quede impregnado el aroma y ayudará a contrarrestar el sabor.
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Después tendrás que echarle sal, aceite y aceite de soja que es el que le va mejor a este tipo de ensalada y como te va a quedar más gustosa. No hay que pasarse mucho con este aderezo, sobre todo si no mojas pan en él (ya que suele gustar más cuando está algo más seca).
Seguro que así logras presentar un plato magnífico para toda la familia y que grandes y pequeños pueden comer sin echarse las manos a la cabeza con las calorías que conlleva el plato porque, afortunadamente, es una comida que no te aportará demasiado (aunque has de cuidar de no pasarte). ¿Te animas a hacerlo?