Una vez que das a luz a tu bebé, uno de los cuidados más importantes que hay que ofrecerle al pequeño es el del cordón umbilical, ese punto de unión que lo ha unido a la madre durante todo el embarazo y que ha ofrecido una forma de alimentación y de conexión entre los dos.
Se dice que ahora no es muy recomendable cortar el cordón umbilical nada más nacer sino que es mejor esperar unos segundos para que se recupere el pequeño. Sin embargo, una vez que se corta se queda un pequeño trozo de cordón en el ombligo del pequeño y eso hay que cuidarlo para que no se infecte o tenga algún problema más grave.
Según algunos estudios, no hay problema si se cura o no, siempre y cuando se mantenga seco siempre, pero nunca está de más aplicarle algunas gasas con alcohol de 70 y un antiséptico para evitar problemas mayores. De todas formas, no se debe dejar demasiado húmedo ya que el objetivo es tratar de que se seque para que se caiga por sí solo, cosa que ocurre a los 3-4 días de nacer.
Una vez se ha caído, puede ocurrir que se tenga una inflamación y una herida igual de fresca. En estos casos conviene llevarlo a la enfermera para determinar si es mejor echarle nitrato de plata (para bajar la inflamación y prevenir la infección) o bien seguir como hasta ahora. De todas formas, en unos días estará perfectamente y su evolución no tiene por qué ser diferente.
Eso sí, si cuando se cure el cordón se nota mal olor o que hay sangre o secreciones, lo mejor que se puede hacer es llevarlo al pediatra para que sea un experto el que determine el estado del mismo y saber si va bien o necesita una ayuda extra.