Si preguntamos a los hombres, podrían decirnos que todas las mujeres son seductoras, unas en mayor medida que otra. No tiene nada que ver la sensualidad con el cuerpo, con el físico, con el rostro, sino con el poder de seducir, con su seguridad, confianza y actitud. Eso es lo que puede atraer a un hombre, hacer que caiga rendido a los pies de una mujer.
¿Y cómo se consigue eso? Pues no es tan difícil como se piensa. Ten en cuenta lo siguiente:
-
Sonrisa. Sonreír hace que te veas más atractiva para los demás, ya sean hombres o mujeres. Si siempre estás seria parecerás que no te divierte nada, o que eres muy recta y que no te gusta divertirte.
-
Ser tú. A nadie le gusta tener que aparentar ser otra persona. Debes ser tú misma, ser auténtica y que no te importe lo que digan los demás porque tú decides cómo vives tu vida.
-
Lucir lo que te gusta. Si vas a ser tú misma, ¿por qué vas a llevar ropa que no casa con tu personalidad? Busca aquello que te afiance como persona, que sea parte de ti y que tu estilo lo refleje. Quien tenga que acercarse lo hará y quien se aleje… se lo perderá.
-
Mirada. Una mirada cautivadora, esa que, como dicen algunos, es el reflejo del alma, está ahí dentro, quizá debajo de mucho maquillaje. Intenta sacarla, hacerle ver a los demás que tus ojos hablan y, si los entienden, sabrán cómo eres realmente.
