Cuando tienes un bebé, una de las pruebas más comunes que le hacen cuando nacen es el llamado “test de Apgar”, una prueba rápida que les permite saber la salud que tiene tu bebé porque examina cinco aspectos al mismo tiempo: la frecuencia cardiaca, el tono muscular, el color de piel, los reflejos y su esfuerzo respiratorio.
En base a los resultados, puede decirse si el bebé está completamente sano o no. Va del 0 al 2 y con los cinco puntos ha de sumar, para estar perfecto, un total de 10 puntos. De hecho, es una forma de detectar si hay algún problema para abordarlo cuanto antes.
Los cinco aspectos del test de Apgar
Como te hemos comentado antes, los cinco aspectos son:
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Frecuencia cardiaca. Mirará la ausencia de ritmo cardiaco, si no hay latido; el que sea menos de 100 por minuto o el que sea mayor de 100. Para que te hagas una idea, un menor sano debería tener más de 100 pulsaciones al minuto.
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Ritmo respiratorio. Para que un bebé saque la máxima puntuación debe respirar adecuadamente, sin irregularidades ni una respiración lenta (o inexistente).
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Tono muscular. Para el tono muscular se mira un poco el movimiento del niño y la resistencia que impone a ciertos movimientos. Si está demasiado flácido y estirado, su puntuación será cero mientras que no el movimiento es activo no tendrá problemas en este aspecto.
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Color de la piel. Si es rosado, tendrá los puntos máximos, si sólo hay algunas partes, mientras lo demás está azulado, sólo ganará un punto. En el caso de los bebés de raza negra se miran zonas de los labios, mucosas de la boca, palmas, etc.
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Reflejos. Los reflejos se relacionan con los sentidos: si llora, tose, estornuda, reacciona a una caricia, etc.