Para crear un ambiente íntimo, hacer que no entre tanta luz natural, o ocultar de la vista una habitación, las cortinas son uno de los accesorios que más se utiliza pero, ¿has probado también los estores?
Un estor suele ser de diferente tamaño, color, tejido, etc. Hace un tiempo se pusieron muy de moda, cuando empezaron a usarse, debido a lo práctico que eran. Ahora forman parte de algunas habitaciones como las de los niños, de estudio, despachos, y algunos salones.
Escoger un buen estor va a depender de varios aspectos:
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El estor que quieras. Antes sólo existía un estor pero, hoy día, esto ya no es así. Puedes encontrarte estores plegables, que fueron los primeros en salir y que, mediante varillas horizontales y una cuerda, subían la tela plegándola con esas varillas. Después tienes los estores enrollables, donde se tiene un tubo que es donde se va acumulando la tela. Estores verticales, donde, en lugar de plegarse hacia arriba, la tela se pliega a los lados.
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Debes considerar el tipo de ventana que quieres (y el modelo). Normalmente tienes que instalar el estor a 30 cm de alto de la ventana y, si es corredera, al menos 20 centímetros de ancho (10 a cada lado).
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Según la estancia donde quieras poner el estor, el material de la tela será diferente. Así, si es un baño, siempre es mejor la tela de poliéster o algodón mientras que, en el salón, puedes decantarte por el lino o el raso. En la cocina, los estores de loneta o de screen también podrían funcionar muy bien.