Uno de los ejercicios que podemos hacer en casa, con unos mínimos conocimientos para evitar problemas, es el yoga en casa, un deporte tranquilo pero con muchos beneficios.
El yoga en casa ha de hacerse empezando de forma suave para después ir subiendo. No hay que esperar que haya un gran esfuerzo físico porque, en realidad, no es eso lo que se quiere conseguir sino una conexión con tu cuerpo y, al mismo tiempo, un conocimiento del mismo y mayor agilidad.
Posturas para yoga en casa
Si quieres hacer yoga en casa, algunas de las posturas que no te serán muy complicadas son las siguientes:
- Asana. En ella tienes que estar sentada de rodillas apoyando el trasero en los pies (como si te sentaras estilo japonés). Relaja los brazos a cada lado del cuerpo. Ahora inclínate despacio hacia delante, sin que los glúteos se separen de los pies, hasta que puedas tocar el suelo con la frente.
- Balasana. Tienes que estar arrodillada y apoyar la frente en el suelo dejando los brazos hacia atrás, relajados. Donde se va a tener mayor peso va a ser en la frente (porque será lo que sostenga todo el cuerpo). De hecho, se dice que favorece el estado psicológico calmado y sano.
- Trikonasana. Esta postura es difícil y no la recomiendo si no has hecho antes algo de yoga o tienes el cuerpo en forma. Para ello lo que tienes que hacer es separar las piernas todo lo posible, con los pies paralelos el uno al otro y lo mismo con los brazos. Gira el pie derecho a la derecha 90º y levanta el brazo izquierdo al techo. Ahora, la mano derecha, ponla en el muslo, gira la cabeza al cielo y eleva el pecho. Mantén la postura unos segundos y repite al otro lado.