Tener grasas localizadas es un mal que muchas mujeres vivimos y, a pesar de que una se ponga a dieta, a veces no consigue el resultado que estaba esperando. Es por eso que hay que tratar con otras soluciones para conseguirlo. ¿Qué se puede hacer entonces?
Tienes varios métodos que te pueden servir:
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Liposucción. Se trata de una técnica evolucionada (y que aún se sigue desarrollando) que no tiene apenas riesgos ni efectos secundarios y cuyas apreciaciones son rápidas además de que el precio ya no es tan alto como antes. Se trata de la eliminación de la grasa localizada a través de una intervención quirúrgica (que a veces no requiere ni hospitalización).
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Ultracavitación. Es novedosa y se trata de una técnica por la que no hay que pasar por el quirófano para realizarla. Lo que hace es que, mediante unas ondas ultrasónicas, al entrar en contacto con la grasa que se tiene ésta pasa a explotar y hacerse líquida por lo que se expulsa fácilmente por la orina.
Apenas tiene riesgos y casi cualquier persona puede someterse pero ten en cuenta que hay grupos de riesgo así que siempre es mejor consultar con un médico para saber si puede venirte bien esa técnica o has de probar otra.
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Por último, tendrías el ejercicio específico para esas zonas, logrando fomentar que la grasa se elimine en forma de esfuerzo y de entrenamiento en la zona.