El acné es una molestia de la piel que está asociada con una edad concreta: la adolescencia. Aunque tradicionalmente se asociaba con una dieta rica en grasas y con una higiene escasa, ahora se ha descubierto que factores hormonales y genéticos están en el desarrollo de las irregularidades de la piel en forma de grasa acumulada.
Pero, si creías que con el fin de la pubertad se acababan los dichosos granitos: ¡malas noticias! El acné vuelve a aparecer en personas de mediana edad, sobre todo, en aquellas que lo sufrieron durante los años de la adolescencia.
¡El acné vuelve a los 30!
Eso sí, este acné tienen algunas diferencias frente al juvenil, ya que mientras que en el periodo desde los 12 hasta los 18, la conocida como zona T (frente y nariz) es la más habitual para la aparición de granos blancos o puntos negros; a partir de los 30 los granitos se concentran en la zona U, o lo que es lo mismo en la mandíbula y la barbilla.
En los últimos años ha aumentado la tendencia de volver a tener acné después de los 30 años, detrás de este crecimiento en el número de jóvenes que lo padecen está la dieta o el estrés, y en muchos casos, se trata de un problema puntual que desaparece igual que llega.
Sin embargo, como tratamiento básico hay que recordar los que se seguían en la adolescencia: maquillaje no comedogénico, cremas adecuadas para tratar los granitos y, sobre todo, no tocar los puntos de infección, ya que a los 30 años la piel es más madura y existen más posibilidades de que queden cicatrices.
Por supuesto, si el problema persiste más allá de unos meses, los granos no se curan bien y siempre aparecen las mismas zonas hinchadas o hay dolor constante junto con la inflamación, es recomendable consultar con un especialista.