El frío ya se ha asentado en las calles y, además, ha venido acompañado de algunos «aliados» meteorológicos que recuerdan que el invierno se acerca poco a poco. No hace falta tener el olfato muy desarrollado para sentir el característico olor a humedad y hielo que se empieza a apreciar en las calles, pero junto con ese aroma, hay otro que resulta más agradable… ¡El de las castañas asadas!
Ya empiezan a llenar las calles centrales del característico olor de este fruto seco que resulta ideal como un pequeño capricho mientras se pasea y que, ya de paso ayuda a olvidarse del frío durante unos minutos.
Beneficios de las castañas
Pero, además de deliciosas, ¿Qué aportan las castañas al organismo? ¿Engordan? ¿Tienen propiedades nutritivas saludables? Seguro que en más de una ocasión os habéis hecho estas preguntas mientras disfrutábais de este alimento de temporada y no si un poco de culpabilidad…
Pues buenas noticias, las castañas destacan por su bajo contenido en calorías, o lo que es lo mismo, aportan pocas calorías al organismo y pueden formar parte de una dieta equilibrada. Además, son ricas en fibra, por lo que favorecen una buena salud intestinal.
Además de la fibra, son ricas en proteínas, así que tienen un particular efecto saciante que hace de ellas un perfecto tentempié para toda la familia.
Como todos los frutos secos, favorece la buena circulación sanguínea y está relacionada con la regulación del colesterol, pero lo más destacable es su aporte de potasio, que favorece la eliminación de líquidos y que, además, tienen efectos sobre las molestias articulares características del invierno.
Así que, a partir de ahora, si al pasear por vuestra ciudad notáis el característico olor de las castañas asadas y vuestros pies os guían hasta un puesto… ¡No resistáis la tentación! Porque estos frutos secos son muy sanos ¡además de deliciosos!