El símbolo más representativo de Pisa es sin duda la Torre inclinada. Junto con el Baptisteerio y la Catedral compone un conjunto de obra que el poeta Gabriele D´Annunzio denomino Milagros y que dio lugar a la llamada Plaza de los Milagros (Piazza dei Miracoli), haciendo referencia al espacio que los alberga.
La fama de esta Torre inclinada, está provocada por el hundimiento de la tierra, pero asimismo por su arquitectura maravillosa, decorada con logias y arcos en su interior, una escalera de más de doscientos escalones en espiral que lleva hasta el campanario, desde se contempla una vista sin igual a una altura de 56 metros.
Otro de las construcciones que destacan en la Plaza es la vieja Catedral de Santa María, que parecen como sostenidos en un manto verde. El Duomo o Catedral representación de la elevación espiritual, el Baptisterio el lugar del bautismo en la religión cristiana y el Cementerio antiguo, son una muestra del románico de Pisa, aunque la Catedral muestra una influencia árabe evidente.
El encanto de este destino italiano en el centro de la Toscana, es una combinación de monumentos al aire libre y una ciudad moderna y activa, cuya cotidianidad y ritmo se caracteriza por una actividad intensa de la juventud.
La mayoría de los locales de ocio nocturno juveniles se agrupan en los Lungarni, los paseos a lo largo del Arno el río que cruza la ciudad, también es habitual en la Plaza de los Milagros grupos de jóvenes que animan a sus universidades.
La majestuosidad de Pisa se ve además reflejada en sus palacios decorados con frescos, sus puentes, sus numerosos museos: el de Gráfica, el de la Opera del Duomo, el de la Certosa y el Palacio Real. Estando el Centro medieval repleto de pórticos, edificios e iglesias. Ha sido la cuna de pintores de renombre, y en la actualidad es un Centro de arte contemporáneo importante.
En las proximidades de la Estación de trenes se localiza el maravilloso mural Tuttomondo de Keith Haring, por su lado la Fuente de la Plaza de la Estación, es obra de Arnaldo Pomodoro.