Mahón, en la Isla de Menorca tiene muchas riquezas que ofrecer al turista. Su patrimonio histórico, sus calas y playas y su maravilloso puerto natural.
Casco antiguo
Cuenta con un paseo cultural muy interesante. Partiendo desde el Ayuntamiento, la ciudad cuenta su historia por medio de los edificios más emblemáticos, protegidos antiguamente tras fuertes murallas. Sorprende la cantidad de estilos que atesora, desde el Ayuntamiento de estilo barroco afrancesado, hasta la mezcla en sus Iglesias.
Contemplando los edificios más emblemáticos de Mahón, te encuentras con la autentica hermosura de sus calles, como la de Isabel II, dónde se agrupan la mayor cifra de casas señoriales edificadas en el siglo XVIII, la Calle de s´Arraval o la Calle ses Moreres.
Playas de Mahón
Tiene diversas playas de norte a sur, cada una con sus riquezas naturales y características. En el sur, se encuentra la Cala de Binidalí que mantiene su entorno virgen y Es Canutells, de profundos acantilados.
Por su parte Es Grau, forma parte del Paruqe natural s´Albufera des Grau, uno de los espacios de veraneo más antiguos. La playa está separada por una masa boscosa de la albufera.
La Playa de Sa Mesquida, dividida en dos arenales se encuentra una antigua urbanización que crece sosteniendo el ambiente de colonia y pesquero de antiguamente.
Puerto de Mahón
Sus cinco kilómetros ofrecen uno de los paseos marítimos españoles más atractivos. Por su mar tranquilo, lo convierten en uno de los lugares preferidos por embarcaciones y cruceros, y al mismo tiempo es el lugar preferido de visitantes e isleños de la variedad de servicios con los que cuenta.
Si quieres practicar deporte, debes dirigirte a la Costa de Corea, dónde se halla el Club Marítimo y la Cala Figuera, en dónde aún se mantiene una fuente romana usada durante mucho tiempo como aguador de las embarcaciones.
Además, existen distintas islas: la del Rey y la Isla del Lazareto, la primera se llama así porque allí desembarcó Alfonso III de Aragón y la segunda se celebran normalmente cursos, congresos y eventos científicos.
Tras Lazareto se levanta la Península La Mola, construidas a mediados del siglo XIX, y la localidad de Es Castell, que surgió a la protección del Castillo de San Felipe, del que solamente quedan vestigios.