Cuando llega una determinada edad, o altura, el niño o niña tiene que pasar a dormir a una cama de adulto en lugar de la cuna donde ha estado durmiendo desde que naciera. Ese paso a menudo suele costar mucho porque los niños no están muy familiarizados con una cama y porque ven que le quitan algo de lo que están acostumbrados y a lo que le tienen cierto apego.
Por eso, te damos algunos consejos para pasar de cuna a cama y que no sea tan traumático ni te de tantos problemas.
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No te precipites. Sí, ya sabemos que hay que cambiarlo, pero no hay que hacerlo de forma brusca. Lo mejor es ir paso a paso, preguntándole de vez en cuando si quiere la cama de mayores.
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Peluches. Seguro que tu hijo o hija tiene algunos peluches o juguetes que son sus favoritos y que puede dormir con ellos en la cuna. ¿Qué tal si, de vez en cuando, los colocas en la cama? Puedes decir que su peluche ya tiene ganas de dormir en una cama de mayores y que por eso se escapa de vez en cuando. De esa manera empezará a pensar que la cama no es tan mala.
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Siestas. Las siestas a menudo suelen hacerse en otro sitio diferente de la cuna. ¿Y si aprovechas de esa manera la cama de mayores? Seguro que, si la prueba varias veces, conseguirás que vaya aceptándola.
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Pasarlo de la cuna a la cama. Esto puedes hacerlo cuando esté dormido para que el niño despierte en la cama. Hay que tener cuidado porque puede desorientarse y entonces tener problemas para que la acepte pero si, cuando despierta, estás ahí, no debería pasar nada.
¿Te animas a hacer el cambio?