Si estás embarazada sabrás que, el ejercicio, aunque es muy saludable para ti, te cuesta bastante y no puedes hacerlo al ritmo que estás acostumbrada debido a que te cansas más, te duelen las piernas, o los brazos, y la barriga te pesa.
Por eso, y teniendo en cuenta que se acerca el verano, toca echar mano de un lugar donde el ejercicio para las embarazadas es mucho más sencillo y menos cansado pero igual de eficiente (o incluso más): la piscina.
La piscina es uno de los lugares donde poder realizar un ejercicio físico sin que se noten los efectos del peso a corto plazo pudiendo así conseguir mantener el peso ideal y evitar, entre otras cosas, la diabetes gestacional o tener que someterte a alguna cesárea en el parto.
De hecho, muchos expertos son los que recomiendan el ejercicio ahora que empieza el calor y el verano para ayudar a los meses de embarazo preparando a la mujer para el momento del parto. Y es que, entre los beneficios que tiene, están:
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Fortalecer el suelo pélvico.
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Mejorar la musculatura.
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Evitar el sobrepeso en el embarazo.
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Bienestar psicológico para la embarazada.
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Evitar la depresión postparto que pueden tener.
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No tener bebés macrosómicos (que pesan más de cuatro kilos).
El ejercicio se suele recomendar para embarazadas desde la semana 20 a la semana 37.