San Petersburgo, está ubicado en el delta del río Neva, esta ciudad rusa fue fundada por Pedro el Grande, como una fortaleza naval para luchar contra los suecos, pero además como un centro comercial estratégico.
Su privilegiada localización con acceso a la costa, la convirtió en el balcón de occidente, y ostentó la capitalidad de Rusia durante la época imperial, hasta el año 1918.
Por cualquier rincón de San Petersburgo, se respira el majestuoso pasado de la ciudad: los puentes del Neva, edificios imponentes y avenidas amplias. Su fundador imitó la excelencia de las ciudades del viejo continente de la época y llegó a formar la ciudad que representa actualmente el tesoro turístico de Rusia, que es conocida como la Venecia del Norte.
Tras la Revolución de octubre, Moscú se convirtió en la capital rusa, en menoscabo de Petrogrado que representaba el poder de la aristocracia y el imperial. Después de morir Lenin en 1924, la ciudad paso a llamarse Leningrado. A pesar de dejar de ser la capital, nunca perdió su funcionalidad cultural, que se confirma con su medio centenar de galerías y museos, más de dos mil quinientas bibliotecas, más de ciento institutos de investigación y dieciocho teatros.
Sus calles tuvieron el honor de ser recorridas por grandes compositores de la tierra como Rimsky – Korsakov, Mussorgski, Tchaikovsky, Prokofiev, Stravinski o Shostakovich.
Entre los monumentos que podrás visitar se encuentra la Fortaleza Petropàvlovskaia, el Museo del Hermitage, las Catedrales de Kazan, Smolni y Sant Isaac, la Iglesia de la Resurección, el Palacio de verano de los zares (Pushkin), que es un ejemplo del lujo de cómo vivía los emperadores, en la actualidad se ha convertido en museo y se encuentra a solamente veinticuatro kilómetros de San Petersburgo.