Ronda es un pueblo malagueño que enamora a primera vista en el famoso Tajo de Ronda, un espectacular cañón formado por el Guadalevín, que divide en dos las viviendas blancas de la localidad.
Justamente sobre el cañón, se levantan dos de las construcciones más conocidas del pueblo: el Puente Nuevo y el Puente viejo. El origen del segundo es confuso, algunos opina que se construyó en la época romana y que posteriormente los árabes lo reconstruyeron. El primero, se levanto en el siglo XVIII y cubre una garganta verdaderamente espectacular de una profundidad de trescientos metros. Ambos puentes comunican las diferentes partes de Ronda, que desde antiguamente esta partida en tres barrios: el Mercadillo, San Francisco y La Ciudad (zona antigua).
En el Barrio de la Ciudad, se hallan el mayor número de construcciones históricas, además de albergar el Museo del Vino, el Museo Municipal de Ronda y el Museo Lara. Además, de hermosas iglesias como la Iglesia del Espíritu Santo y la Iglesia Mayor, también merece la pena visitar la Casa del Rey Moro, desde esta se puede bajar hasta la garganta del Tajo, por unas viejas escaleras. El legado árabe queda patente en la Torre de San Sebastián, un viejo minarete de una mezquita.
En el Barrio de San Francisco se pueden visitar diversas construcciones antiguas, como la Puerta de Almocábar y la Muralla árabe. Los baños árabes, se ubican en el Puente árabe, que se halla entre los mejor conservados de España. Del viejo Contento de San Francisco, solamente queda en pie la Iglesia.
El Barrio del Mercadillo, es la zona más moderna de Ronda. Ahí se encuentra la Plaza de Toras, que es la más antigua de todo el mundo, diversas iglesias de interés y el Parador de Turismo. La Calle de la Bola, es el mejor lugar para comprar recuerdos o artesanía, ya que está repleta de comercios y tiendas. También, hay que destacar que la gran mayoría del patrimonio modernista de la provincia, está distribuido por este barrio rondeño.
¿Te animas a visitar Ronda un fin de semana de primavera?