El frío, el viento y los cambios de temperatura pueden hacer que nuestros labios estén agrietados y secos. No obstante, gran parte de la culpa la tenemos nosotras: no es bueno pasarse la lengua por los labios, ya que la saliva elimina la capa de grasa que la piel de nuestros labios auto-genera para protegerlos frente a agresiones externas.
Algunos consejos (además de evitar pasarse la lengua por los labios) para que nuestros labios luzcan más suaves y uniformes es eliminar las células muertas de los labios con un cepillo de dientes suave, preferiblemente bajo la ducha (ya que la piel se ablanda y resulta menos agresivo para ella). Tras esto, aplica siempre que puedas un bálsamo específico que no solo hidrate, sino que también nutra y proteja, como el que ves en la imagen de Rituals. Si en tu ciudad hay habitualmente mucho sol, escoge uno con factor de protección solar.
Si eres fan de los remedios naturales, puedes probar a friccionar los labios con un algodón empapado en aceite de oliva, o recubrirlos con aceite de ricino cuando estén muy agrietados. Otro remedio casero consiste en elaborar una crema que contenga una patata pequeña hervida hecha puré más una cucharadita de aceite de almendras y una cucharada de leche. ¡Tus labios quedarán más suaves que nunca!