De alto voltaje ha sido el juicio que ha tenido lugar en el Juzgado de Familia número 17 de Sevilla y en el que se han vuelto a ver las caras Kiko Rivera y Jessica Bueno. Y es que, después de que la modelo se llevará al hijo de ambos a Éibar y el padre del pequeño estuviera más de un mes sin poder verlo, la tensión entre ellos era palpable.
La jueza escuchó a ambos y finalmente ha tomado la decisión de darle la razón al padre. De esta manera, el hijo de Isabel Pantoja ha logrado la custodia compartida que deseaba.
Jessica Bueno ha sido, sin duda alguna, la gran perjudicada de esta resolución ya que ella abogaba porque se le concediera la custodia total. Pero su grave error al marcharse a Éibar avisando con un día de antelación al padre de su hijo de esta decisión, y que impidió que aquel pudiera despedirse, ha podido pesar mucho sobre la decisión tomada por la autoridad judicial.
Por supuesto, habrá sido muy tenido en cuenta que la voluntad de la joven de querer vivir con su novio, el futbolista Jota Peleteiro, en la mencionada ciudad vasca no es razón suficiente para que aleje a su pequeño Francisco más de 800 kilómetros de su entorno familiar, tanto maternal como paternal.
Bastante compungida salió Bueno del juicio durante el cual, según han dado a conocer algunos profesionales de la prensa rosa, lloró amargamente al conocer la decisión de la jueza.
