Uno de los platos que puedes hacer fácilmente y que a los niños les suele volver locos es el de los Spaguetti a la carbonara, muy diferentes de los spaguetti con tomate que puede hacer que los niños coman encantados. Eso sí, lo primero es que le tienen que gustar los spaguetti porque, si no, puede haber un problema.
Para hacerlos, has de comenzar cociendo en agua los spaguettis. Para que te queden más sabrosos yo le añadiría un poco de mantequilla porque quedan más suaves y ricos, y también una pizca de sal, por lo demás es cocerlos hasta que estén blandos y los puedas partir.
Mientras haces eso puedes hacer la salsa carbonara. Hay que decir que en las tiendas tienes ya la salsa carbonara hecha y no tendrías que estar haciéndola pero, si aun así quieres, en internet encuentras muchas recetas que pueden liarte. Básicamente hay dos tipos de salsa carbonara, la hecha con huevo y la hecha sin huevo. Dicen que el huevo es solo para amarillear los spaguettis pero algo de sabor le dará.
Yo te enseñará la de sin huevo porque la otra, a mi parecer, queda más espesa.
Para ello necesitas un cartón de 250 ml de nata líquida para cocinar, pimienta negra y queso parmesano. No te digo las cantidades exactas porque esto depende de cada persona, es una salsa que puedes hacer a tu gusto. Echa la nata en un recipiente y ponlo a calentar en la vitro u hornilla. Allí añades un poco de pimienta negra y otro poco de queso. Será ese queso el que se encargue de espesar la salsa. Cuando la tengas a tu gusto y los spaguettis ya estén hechos solo tendrás que poner éstos en una sartén (sin aceite) y echar encima la salsa. No hace falta que el fuego esté muy fuerte, solo tienes que marearlos para que se mezcle todo bien. Y listo, hora de comer.