Uno de los platos que puedes hacer un día que pilles las gambas frescas y a un precio que te parezca asequible, además de darles un poco de sabor algo diferente, son las gambas al ajillo, un plato que sin duda te va a encantar. ¿Quieres que te digamos cómo es?
Para hacer unas gambas al ajillo vas a necesitar lo siguiente: gambas frescas, la cantidad dependerá de cuántos estéis y de lo que comáis pero no eches demasiado porque suelen llenar bastante; unos dientes de ajo, aceite y 1 cayena (es algo picante así que no hay que usar mucho).
Ahora a ponernos manos a la obra. Lo primero que necesitarás hacer es pelar las gambas. Han de estar frescas, recuérdalo, no valen las cocidas porque no quedan igual y lo notarás. Una vez las hayas pelado resérvalas un momento (puedes ponerle una servilleta encima y mojarla un poco para que conserven su frescura).
Ahora coge los dientes de ajo, uno o dos, y pélalo en láminas para echarlo en una sartén con aceite. Tienes que esperar a que esté caliente y una vez hecho lo pones y dejas que se dore bien. Echa también la cayena (si es para dos personas con media cayena tienes suficiente).
Cuando veas que está todo dorado echa las gambas y no las dejes mucho tiempo, solo lo suficiente para que cojan color, pero no es bueno que se pasen. Eso lo notarás enseguida (si el aceite está bien caliente en un par de minutos las tendrás hechas).
Hecho eso solo te quedará emplatar y servir. Como saben muy bien es mojando un trozo de pan, poniendo un poco de diente de ajo y una gamba encima y comiéndotelo. ¿Nos das tu opinión?