Varios fueron los incuestionables protagonistas de la última gala de “Campamento de Verano”.
Por un lado, el tabaco. El “descubrimiento” de Karmele Marchante de dos cigarrillos y un mechero bajo la escobilla del cuarto de baño dejó patente que uno o varios de los concursantes estaban incumpliendo las normas del reality, pues está totalmente prohibido fumar.
Eso supuso que la organización pidiera que saliera a la luz los culpables de tener tabaco. Karmele y Mónica Pont ponían las miradas en Jose Manuel Montalvo y en Noemí. Ellos reconocieron haber fumado tiempo atrás pero también expusieron que los cigarrillos encontrados no eran suyos.
Ambos sufrieron una nominación directa por su consumo y, como nadie más reconoció ser el dueño de lo hallado, el resto de concursantes también fue nominado. No obstante, finalmente Jeyko y Esteban se salvaron gracias a una prueba de inmunidad.
Muchas fueron las teorías que surgieron acerca de lo sucedido y son varias las que apuntan que Mónica Pont y su madre, que habían pasado unos días en el campamento como invitadas, habían sido las que habían colocado el tabaco y el mechero en el aseo. De esta manera, intentarían boicotear el transcurso en el programa de sus dos más acérrimos enemigos: Montalvo y Noemí.
Karmele Marchante, también fue acusada de ayudar en esa trampa a madre e hija. Pero no sólo fue protagonista por este motivo sino por su expulsión y por haber mostrado nuevamente sus aires de grandeza y su mala educación. En este caso lo dejó patente faltando al respeto a una mujer que había acudido al campamento para enseñarles el proceso de elaboración casero del jabón.
De esta manera, la audiencia dejaba participando a Sonia Monroy que fue sancionada. En este caso por haber roto de una patada un cercado de madera.
El último eje protagonista de la velada fue el amor que siente Jacobo por su ex novia Jessica. A la madre de aquel no parece gustarle aquella y por eso, pidió a Pont que le diera un mensaje a aquel. En concreto, que le advirtiera que posiblemente la muchacha tiene novio. Una circunstancia que hizo que el joven sólo manifestara que confiaba plenamente en su chica.