Después de que hace unos meses la reina Beatriz de Holanda tomara la decisión de abdicar en favor de su hijo (Guillermo), ahora otro monarca de los veteranos de la realeza europea ha tomado la decisión de dejar el trono y pasar el testigo a su hijo. En este caso nos estamos refiriendo Alberto II de Bélgica.
El próximo 21 de este mes de julio es cuando dicha figura, de 79 años de edad, llevará a cabo el acto oficial de “abandono” de su trono en favor de su primogénito, Felipe de Brabante.
Su avanzada edad y su complicado estado de salud son las dos razones que el rey ha manifestado que le han llevado a tomar esta decisión. Sin embargo, en la sociedad belga se considera que posiblemente la misma haya llegado a raíz de la polémica en la que aquel está envuelto. Y es que ha salido a la luz la existencia de una supuesta hija ilegítima.
Sea como sea, e independientemente de los motivos, lo que está claro que el mencionado país tendrá rey en pocos días. Se trata de Felipe, de 53 años de edad y licenciado en Ciencias Políticas, que está casado con la princesa Matilde y que fruto de esa unión tiene cuatro hijos: Elisabeth, Gabriel, Emmanuelle y Eleonore.
Aunque nuestro Rey se resista, el cerco se cierne sobre su corona. Ahora que tiene problemas físicos y que su imagen ha sido dañada por actos propios y ajenos, sería un buen momento para que el Príncipe Felipe se hiciera cargo de la Corona de España. Aunque hay algunos que prefieren morir con las botas puestas, no creo que sea lo mejor para nuestro país.
La monarquía debe desaparecer, el que el cargo de jefe del Estado sea hereditario es una aberración. Pero parece que a la masa borreguil no le importa ser súbditos en vez de ciudadanos.
Sin olvidar que son familias de deficientes mentales debido a generaciones y generaciones de endogamia.