Hay algunos niños que, cuando llegan al colegio, se sienten los reyes, los que deciden lo que hacer, cómo hacerlo y cuándo hacerlo. Son los más populares y los demás lo admiran, o lo envidian, pueden pasar las dos cosas. Normalmente son los líderes del grupo, aquellos que alzan la mano primero para liderar a los demás y determinar lo que hacen siempre, sin dar oportunidad a otros para que den ideas, más que nada porque entonces se siente que quieren destronarlo y puede no sentarle bien.
Este tipo de niños tiene la autoestima muy alta, algo que no es malo, pero le vendría bien si no fuera tan egocéntrico, autoritario y abusón. Al principio podríamos decirte que le irá bien en la vida, siempre y cuando tenga los pies en el suelo; y eso, a veces, no se consigue y se llegan a considerar que son mejores que los demás, lo cual los convierte en los típicos “chulitos” y líderes de grupos.
¿Qué hacer entonces? Pues hay que recordarle que los demás tienen cosas que pueden aportar y que hay ideas que se le ocurren a otras personas y que pueden ser muy divertidas u originales para jugar o para hacer sin que su decisión tenga que ser la más importante.
También es bueno que, de vez en cuando, se equivoque y vea que puede fracasar, como los demás, sin que por eso queramos hundirlo, lo que se quiere conseguir es que asiente los pies en la tierra, bajándolo del pedestal, pero a la vez fomentando su autoestima para que siga pensando, no que es el mejor, sino que es bueno en aquello que quiera hacer.