A veces resulta casi imposible que los más pequeños coman un poco de fruta, siempre que lo intentamos pasa lo mismo: broncas, enfados, gritos… Sin embargo, todas sabemos que estas son muy importantes para su dieta debido a su alto contenido en fibra y minerales. Entonces ¿qué hacer ante este dilema? Convertir la ingesta de fruta en una excursión llena de aventuras puede ser una solución ante este problema.
Septiembre es el mes por excelencia de dos de los frutos más nutritivos: los higos y las moras. ¿Su gran ventaja? Puedes encontrarlos de forma gratuita a nada que te alejes un poco de la ciudad y le adentres en el campo. A los niños les encanta todo lo que sea salir de la rutina de siempre, por tanto, planear una excursión con ellos para recolectar cualquiera de estos dos frutos puede ser una buena idea si queremos pasar un rato divertido con ellos y además fomentar su ingesta de fruta.
Solo tenemos que plantear la recogida de higos y moras como un juego. Todo comienza en casa cunando nos preparamos para la gran expedición: la mochila con la merienda, una gorra para el sol, una brújula para darle un toque aventurero y como no, unas cuantas bolsas para llenar con estos ricos frutos. La salida podemos amenizarla con juegos al aire libre, un balón o unos globos de agua pueden ser nuestros aliados.
Y cuando la recogida de higos y moras ha terminado, nada como preparar con los peques un sabroso postre utilizando la preciada mercancía. Estos frutos ofrecen una gran variedad de recetas con los que poder combinarlos, desde mermeladas y postres hasta acompañándolos únicamente con un poco de azúcar. Los reyes de la casa estarán encantados de probar el resultado de su divertida expedición.