Una de las visitas casi obligadas en Cádiz es el Castillo de Santa Catalina, situado en la Calle Antonio Burgos, de planta poligonal y un autentico tesoro de la poliorcética de estilo italiano, y modelo de distintos americanos.
Su edificación fue causada por el asalto de las tropas anglo holandesas en 1596, y como primer paso por las medidas adoptadas por Felipe II, para la fortificación de la Plaza.
Es obra de Cristóbal Rojas, y en un principio estuvo presupuestado en cien mil dudados. Las obras comenzaron en 1598 y finalizaron en septiembre del año 1621. Después, se efectuaron nuevas obras para la defensa.
Consta de almacenes, aljibe, cuarteles y pabellones. La capilla se construyo en 1693 por orden de Carlos II. Esta consagrada a Santa Catalina de Alejandría y a la Purísima Concepción. El retablo es de estilo barroco, y se atribuye a la Escuela de Saavedra, incluyendo en un principio las figuras de San Francisco de Asís, Santa Catalina, San Agustín, San José y San Diego de Alcalá.
Si bien, en el siglo XVIII existió el proyecto de convertirlo en una autentica ciudadela, aunque al final se desecho la idea.
En 1769 por mandado de Carlos III se convirtió en una prisión militar, para personas de mayor carácter o condición superior, estando en prisión en el Castillo distintos políticos españoles liberales e independentistas americanos.
Actualmente, el Ayuntamiento gaditano lo ha convertido en un espacio lúdico y cultura, que incluye salas permanentes sobre la historia de la ciudad s, asimismo como talleres escolares, talleres artesanales y artísticos, salas de exposiciones y tienda. También, se celebran actividades y conciertos en el patio de armas durante el verano.
De lunes a domingo tiene un horario de diez de la mañana a las ocho menos cuarto de la tarde. Si bien, en verano se amplía hasta las nueve menos cuarto.
¿Has visitado el Castillo de Santa Catalina?