Los seguidores de Gran Hermano ayer pudieron disfrutar de uno de los momentos más esperados de esta edición número 14: la conversación telefónica entre Miriam y su pareja, Miguel.
Las actitudes cariñosas de la concursante con su compañero de encierro, Igor, así como los comentarios sobre lo que sentía por aquel y los contactos bajo las sábanas entre ambos han traído consigo que el novio de la chica haya decidido anular la boda que les iba a hacer pasar por altar el próximo mes de junio.
En la gala del pasado lunes, cuando cada concursante podía hacer una llamada telefónica a alguien de fuera, era cuando se esperaba que pudiera tener lugar esa conversación. Sin embargo, no fue así, hubo que esperar a anoche para que se produjera la misma.
Unos seis minutos de charla telefónica son los que mantuvieron Miriam y Miguel. Tiempo más que suficiente para que el joven, con total serenidad, le manifestara a ella que no sólo le había hecho daño con sus actitudes sino que le había faltado al respeto y que, por tanto, con eso demostraba que no era la mujer de su vida.
La participante manifestaba el no entender el porqué de esos reproches y consideraba que su novio estaba equivocado pues ella en todo momento había hablado de él. Asimismo una y otra vez le dijo que le quería y que siempre lo había dicho, a lo que él respondió que las cosas no se demuestran con palabras sino con ellos.
De esta manera, con absoluta frialdad y dejando patente que tendrían que hablar fuera para solucionar determinados aspectos, seguramente lo que supone la anulación del matrimonio, acabó la conversación tras la cual Miriam se acercó a sus compañeros de Guadalix para explicarles lo que había sucedido. Es más llegó a afirmar que estaba segura que su chico ya no quería casarse con ella.