Es posible que no hayas oído hablar del triple test, o quizás sí, pero para aquellas que no lo sepan, con estas dos palabras nos estamos refiriendo a un examen que se realiza en el segundo trimestre del embarazo con el cual se pueden obtener informaciones muy especiales del feto.
Y es que con estas tres sustancias que componen el triple test, a saber: BeataHCG, Estrógeno placentario y Alfafetoproteína, obtienes el porcentaje de que el niño, o la niña, esté sano/a a nivel cromosómico. De esta forma, cuanto más alterado esté el valor quiere decir que habrá más dificultades para que el niño esté sano.
El examen suele efectuarte entre la semana 15 y 17 y, en caso de salir alterado, es posible que, realizando más pruebas, se pueda saber lo que está pasando. Es una prueba que puedes solicitar a tu ginecólogo y en la mayoría de los casos se hace con un mero análisis de sangre materna con lo cual no se producen riesgos para el niño y, a cambio, puedes saber si hay malformaciones o incluso llegar a curarlo antes incluso de que nazca.
Los resultados que se obtienen del análisis no son fiables al 100%, a decir verdad es posible que el análisis salga bien pero después el niño o niña tenga alguna malformación que se crea después de esas semanas que se hace; así mismo, también se pierde eficacia conforme la madre tiene más de 36 años porque deja de tener tanta precisión la prueba.
